Mis ganas de ti. Si, ya ves ... tengo ganas de ti. Mis contradicciones. Mis deseos. Y es que en la última siesta del verano que decidí echar, soñé contigo. Soñé que llovía. Que habías llegado otoño. Y me cambiaba de zapatos. Me ponía mi chaquetita, cogía mi paraguas; y salía a la calle feliz. Con una gran sonrisa. La más bonita de todo el mes. Desperté emocionada, pensando dónde tendría el paraguas. Me asomé la ventana. Y la realidad meteorológica me machacó. Hacía sol. La calle estaba seca. Se me fueron las ganas de todo. Estás jugando conmigo. Me estás haciendo daño. No me ilusiones con pequeños vientos y hermosas nubes.

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