Y andando bajo aquel sol otoñal recordó lo sucedido en junio. Cómo se le llenó el corazón de miedo. La garganta de ahogo. Recordó como las piernas le flaquearon y tuvo que sentarse rápidamente. Recordó sus lágrimas cayendo en el más absoluto de los silencios. Sus manos temblando. El despertar más amargo que tuvo jamás... Y empezó a atar cabos, otra vez, por milésima vez, otra vez, ... Otra vez el corazón se le llenó de miedo. La garganta de ahogo. Las piernas le flaquearon y tuvo que sentarse rápidadmente. Sus lágrimas cayendo en el más absoluto de los silencios. Sus manos temblando. Pero esta vez bajo el sol de otoño. Ninguna diferencia; esta vez tambien quiso desaparecer. Esta vez, tambien se desvaneció.

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