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El misterioso.

16 de julio de 2008

Dudé unos segundos en aceptar la invitación de aquel hombrecillo viejo de tomar café. Estaba cansada de trabajar, y un café caliente me vendría bien.
Al fin y al cabo, solo quería que le hablase de Tami, mi antigua jefa; y realmente, no tenía pinta de ser inspector de hacienda, ni mucho menos ....
LLegamos al bar de la esquina, hacía un frío terrible. Me deshice de la bufanda, mientras él pedía dos cafés.

Tami, mi jefa, bueno ... ya no ... se había jubilado apenas unos meses atrás. Yo, su asistente personal, solo durante los cinco últimos años, pero conectamos desde el principio, y cualquiera podría jurar que llevabamos toda la vida trabajando juntas.

¿Por qué querría alquel hombre saber nada sobre Tami ?

La recordé. Era guapa, siempre. A pesar de su edad. Todos la querían; incluso sé de algunos valientes, que se atrevieron a enamorarse de ella.
Siempre me asustaron sus terribles cambios de humor. Podía aparecer sonriente y a la media hora estaba hecha una furia. Incomprensible.
Le gustaba tenerlo todo controlado. No podía escaparse ni un detalle. Nada.
Odiaba cuando alguien desatendía el trabajo bien hecho, por motivos personales.
Siempre guardaba las distancias en eso de relación jefe-empleado, aunque conmigo siempre fue cariñosa.
Le gustaba el café cargado, las bufandas grandes, los folios de colores y los días de lluvia. Esos días nunca se enfadaba.
NO sabía que más contarle a ese hombre, que parecía no prestarme mucha atención.
Asi que, le pregunté si le había servido de ayuda.

- NO, todo eso yo ya lo sabía. -Me dijo encendiendo un cigarrillo.- Dime como se encontraba. Si era feliz.

- ... No solía hablar de su vida personal. Solo se que estaba casada y tenía dos hijos. - No se que más quería que supiese de ella, al fin y al cabo solo era mi jefa.

- Si, claro .....

La hora se me echaba encima. Tenía que volver a mi trabajo.

- Se me hace tarde, si no desea nada más.

- Bueno ... pues creo que no.

- Si necesita saber algo más, tengo compañeros que la conocen más que yo, si quiere ....

- Déjalo, no tiene importancia.

- ¿ Puede decirme quién es? ¿ Conoce a Tami ?

- Solo era su nube. Pero tal vez eso ya no importe.

Y sin más, se levantó de la silla, dejó dinero para los cafés encima de la mesa y se marchó.

Me quedé inmovil en la silla, pensando que tal vez ese hombre si que fuese inspector de hacienda. Pero no, quería saber sobre su entorno personal. Nunca preguntó sobre si tenía pisos, tierras y demás....
De camino a la oficina le daba vueltas a la posibilidad de que fuese un secuestrador ... Giré la esquina sin mirar, y tropecé con alguien. Era él. El hombrecito que preguntaba por Tami.
Me miró y dejó escapar una leve sonrisa.
Entonces comprendí, él era uno de los que tanto la había querido.
Afortunada mujer.


(.SUE.)

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