Diferentes. Mientras una tenía la mayor felicidad, la perfecta. La otra, imperfectamente, como era, tenía miles de cosas, imperfectas, sí, como ella era. Pero miles. Nunca le faltó nada. A la primera sin embargo, porque querer tener lo más perfecto, le faltaban miles de cosas. Miles de sonrisas.
Yo, tengo de todo, no de manera perfecta. Pero si en una caja no encuentro la sonrisa que necesito, abro otra, y ahí está!!!!
Posee miles de cosas, aunque sean imperfectas, nunca sabes cuando te harán falta.

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