Hay tantas incógnitas. Tantas preguntas que resolver. Hay tantas ganas de saber. Tanto miedo de preguntar. Que las interrogaciones se nos acumulan encima de la mesa. ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué sientes? ¿Cuándo piensas en mi? ¿De verdad soy yo? ¿Recuerdas mi nombre?.
Preguntas y más preguntas. ¿Respuestas?. Yo no las veo por ningún sitio. Interrógame, por favor. Y así dejaré de tener interrogantes.
Preguntas que no sabemos cómo plantear para no hacer daño. Para no levantar sospechas. Para no parecer ansiosos. Para que nadie descubra nuestros miedos. Y yo quiero preguntarte. Saber por qué, cómo, cuándo ... Yo quiero limpiar mi mesa de interrogaciones. Quiero conocer todas las respuestas ... Sin embargo, tu boca calla; y cuando habla no lo hace claro, no puedo entenderla. Y entonces, otro interrogante más ... Preguntas. Preguntas. Preguntas. Preguntas. Preguntas. Preguntas ... Yo quiero oir respuestas. Respuestas que salgan de tus labios amor.

No hay comentarios

Publicar un comentario