Cáceres
tiene cigüeñas, encinas, y erizos en las carreteras.
Cáceres
tiene demasiadas carreteras nacionales, pocas sombras y alguna que otra curva peligrosa.
Cáceres
es sincera, es un jarro de agua fría, bien de noche o a plena luz del día.
Cáceres
hace llorar, hace pensar, ... hace nudos en la garganta.
Cáceres
es acogedora, pero duerme con la almohada mojada.
Cáceres
quita las ganas de comer, da ganas para estrellarlo todo contra la pared.
Cáceres
hace que todo salte en mil pedazos.
Cáceres
hace que resuma una semana en unas lineas.
Cáceres
es que nadie te eche de menos, que las actitudes se vuelvan pasotas,
Cáceres
es una bandeja de entrada vacía, unas llamadas frías y distantes, no solo por los kilómetros.
Cáceres
es reflexión, es cerrar la boca, agachar la cabeza, esconderse en uno de los enormes nidos de las cigüeñas.
Cáceres
es desengaño, es decepción.
Cáceres
es un logro profesional,
pero sobre todo pilares que se derrumban debajo de tus pies, o encima de mi cabeza, ...
que más da ya por donde vengan las hostias, si al fin y al cabo, van a doler igual.
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