Es pequeña, más bien canija,
tiene ocho años, el pelo rubio y vocecita de tebeo.
Es un encanto y siempre que estamos juntas va detrás de mí,
lo observa todo
Me estaba poniendo el pijama en frente del espejo,
ella sentada en la cama se me quedó mirando y me dijo:
Jo .... aún tienes la cicatriz de la barriga???
Cuando se irá??? .....
¿Cómo? ....
Entonces descubrí que con ocho años aún no sabes que
siempre que hay una pupa o que alguien te hace daño,
cuando todo eso cura lo que queda es una cicatriz ...
y la cicatriz es para siempre ....
Me reí y le expliqué;
Cielito, una cicatriz es para toda la vida.
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