Dejé de leer libros de poesía
para no emborracharme con más locura.
Dejé de adornar palabras y sentimientos
para que tu ausencia no pareciese una fiesta.
Me acurruqué bajo una pequeña sombra de verano
no quería que ninguna mirada (que no fuese la tuya) me quemase.
Y ahora que vuelves
la mesa se viste con mantel de colores.
Respiro de las flores,
las luces vuelven a brillar intensamente
deja de hacer calor.
Y los libros de poesía me vuelven a enloquecer.
es de las mejores locuras que conozco
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