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sobrevivir con ilusión

2 de marzo de 2012



Sabía que no era perfecta,
ni siquiera su imperfecta.

Se lo repetía, se lo hacía saber.
Ella prefería no ver, no escuchar.
Se escondía en el podría ser.

En ese pequeño refugio pasaba los días,
velaba sus horas, rezaba a sus santos.
Y allí, haciendose preguntas que le rajaban el alma
descubrió que no era su perfección,
que no llegaba a su imperfección.

Pero en vez de aceptar la rendición, 
decidió no ver, no escuchar, ...
se podría llamar vivir ... 
o sobrevivir de la ilusión.

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