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Por qué elegir las PESAS

25 de octubre de 2017




¡Buenos días a todas!

Hoy quiero contar mi experiencia con la temidas pesas y los ejercicios de fuerza.

Desde pequeña y hasta los 14 años siempre hice deporte, taekwondo y atletismo, pero con los estudios (y los botellones) lo dejé y aunque en numerosas ocasiones decidí retomarlo nunca lo hice por pereza.

Hace algo más de un año y medio me obligué a hacer deporte; pensaba que no practicar ejercicio era tan malo como no lavarse los dientes o no desmaquillarse por la noche.

Así que cogí mis viejas zapatillas, unas mallas y una camiseta y llegué con un propósito: mejorar mi forma física.

Los principios no fueron nada buenos, sobre todo cuando tenía muchísimas agujetas; después de tantos años sin hacer apenas nada  y tras  varias ocasiones con ciclos de quimio, mi cuerpo no solo tenía muchísima flacidez, sino que todo me dolía porque apenas tenía músculo.

Como me conozco, al principio me puse objetivos razonables para no agobiarme, 3 días a la semana (y a veces solo uno) yo me lo tomé con calma.

Al llegar al gym me propusieron clases colectivas pero yo tenía claro que lo que quería hacer era solo entrenamiento con pesas.

Le dije al entrenador: conozco a gente que lleva años en clases colectivas y su cuerpo sigue igual, más delgado, pero sin ninguna transformación.

No sabía cuánto tiempo iba a aguantar allí pero tenía claro lo que quería hacer y dónde quería llegar.

En el libro de Intensidad Máxima de Elsa Pataky leí, y se me quedó grabado, que si tu cuerpo no cambia el ejercicio no está siendo el correcto; para mejorar tienes que notar cambio.

Y no hablo de pérdida de peso; yo no he perdido peso, llegué con 49 kilos y ahora ya peso 52 y mucho.
Hablo de cambio físico, de notar que tu forma del cuerpo es diferente.

Donde más rápido lo noté fue en hombros y espalda, en ese momento mis amigas me insistieron que dejase las pesas que me estaba poniendo como Bob Esponja.

Me reí y no les hice caso, por supuesto.

Había leído mucho acerca del ejercicio con pesas y no lo iba a dejar. 

Después de casi dos años de entrenamiento, estos últimos meses en plan mucho más serio y constante, aún no estoy buenorra (como yo había imaginado), pero eso ya es lo que menos me importa, porque ahora lo que más me gusta es sentir mi cuerpo fuerte, da igual la talla con la que me tenga que vestir.

Por todo este rollo que he contado, quiero compartir con vostrAs los beneficios del entrenamiento con pesas: 

1. Se acelera el metabolismo; sí, como lo oyes. Quemamos mucha más grasa pues el músculo es un tejido metabólicamente activo, e incluso en reposo necesita  calorías para mantenerse, por lo que mientras más músculo ganemos más rápido conseguiremos quemar grasa.

2. Los ejercicios de fuerza nos ayudan a mejorar la densidad ósea; que leído así y en la treintena pues ni fú ni fá, pero os recuerdo que un día llegaremos a la menopausia y con ella llegará la osteoporosis, así que mientras mayor densidad ósea tengamos mejor.
Mi madre ha comenzado este año con el entrenamiento de pesas, ella sufre osteoporosis y siempre se notaba muy floja y con muchos dolores, desde que está en el gym os prometo que ha mejorado bastante y se siente muchísimo mejor.

3. Somos más felices; de sobra sabemos que realizar ejercicio libera oxitocina, la hormona de la felicidad. 
A veces llego súper enfadada de la oficina al entrenamiento, cuando he terminado siempre me despido con una sonrisa y mucho más relajada.

4. Disminuyen nuestros dolores musculares; al conseguir masa muscular estamos más fuertes y los dolores de espalda o cervicales se reducen considerablemente.
Si me paso más de tres días sin entrenar ya me empieza a doler todo, me van saliendo achaques, me duele la cicatriz, las piernas ... es horroroso.
Vuelvo a nombrar a mi madre: sufría dolores cervicales y de espalda, ella pensaba que estaba envejeciendo rapidísimo; nuestro fisio le dejó las cosas claras: no estás vieja, no tienes masa muscular y de ahí tanto dolor, necesitar ir al gym y practicar pesas.
Mi madre se siente ( y se ve/la vemos) rejuvenecida.

5. Tranquilas, no nos vamos a poner "fuertecitas". Eso es casi imposible!!! Hay que trabajar muy duro para conseguir eso; por tres días a la semana que practiques pesas no te vas a poner como Hulk.
El entrenamiento con pesas nos ayudará a tonificar y al contrario de lo que pensáis hará nuestro cuerpo mucho más femenino.
Veo cuerpos más bonitos (de todos los pesos, edades y tamaños) en la sala de musculación que en la clase de spinning. Lo siento, eso es así.

6. Dejaos  aconsejar por unos buenos profesionales, como es mi caso (estoy muy contenta con mis entrenadores, aunque a ellos siempre les diga lo contrario). Ellos sabrán qué rutina marcaros según vuestro cuerpo y necesidades; saben como mezclar ejercicios, cardio y fuerza, en qué momento y con qué intensidad para que los resultados sean óptimos.

No lo penséis, todas deberíamos marcarnos como objetivo, no tener un cuerpo perfecto por fuera, sino tener un cuerpo sano y fuerte empezando desde dentro.

¡Las pesas son nuestras aliadas! 


3 comentarios

  1. Me quedo con tu frase" deberíamos marcarnos como objetivo no tener un cuerpo perfecto por fuera,sino tener un cuerpo sano y fuerte empezando desde dentro" . Eso es así, eso es salud mental y física.

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    1. Creo que es lo más sensato :)
      Lo remarco en negrita para que a la gente se le quede en la cabeza.
      Gracias por tu comentario.

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  2. Hola! Mi hija tiene razón,desde que voy al gimnasio me encuentro mas agil y no me canso tanto. ANIMAOS A HACER EJERCICIO, NO SOLO ANDAR HAY QUE FORTALECER LOS MUSCULOS.

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