desparecía en cada
te quiero
sus ojos se perdían
entre aquella maraña de pelo
y entonces dejaba de verla
la ceguera era
su mejor salida
un te quiero era
como una bala envenenada
que le atravesaba el corazón
y se escondía
para no dejarse matar
y desaparecía, sí
desaparecía en cada
te quiero
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