Controlar emociones...

Aprender a controlar las emociones no es nada fácil. Guardar la calma en momentos de máxima intriga, en momentos de espera.

Aprendí, con el tiempo, a controlar las emociones. Es lo mejor, no solo para mi estabilidad sino tambien para poder guardar un as en la manga.

Cuando España jugó el mundial de Korea, lo viví al máximo. Me levantaba a horas intempestivas, y sufría como nadie con los malos arbitrajes y malos pases de los jugadores. Tenía toda mi fe puesta en la roja, creía que pasariamos de cuartos; y cuando perdimos, el mundo se me cayó encima. Lloré, no desayuné y estuve todo el día tirada por los suelos, como un trapo viejo, sin ganas de nada.
En la Eurocopa 2008 he aprendido a controlar las emociones. Porque el corazón es como un niño, solo espera lo que desea. Pero dejé de hacer caso al corazón, y a atender a mi cabeza, a las estadíasticas; y pensar que no pasariamos de cuartos.
Anoche guardé la calma, decía que perderiamos a la gente. Me mantuve tranquila. Aunque en el fondo quería que España ganase, como todos, hice caso a mi cabeza, y no me mañaqué pensando estupideces. No me machaqué pensando en qué pasaría después. Aguanté. Esperé. Y pasó lo que tanto deseaba, aunque no lo que expresaba através de mis emociones.

Igual que aprendí con la Selección, estoy aprendiendo en la vida.
Espero, y no me preocupo por el mañana. Lo que tenga que pasar pasará. Ya no expreso mis emociones. Las guardo, esperando al futuro. Las reservo en el fondo de mi corazón. Muy muy dentro, para que la cabeza pueda pensar con lógica y sin aturullarse. Así las cosas me duelen menos, las victorias las siento igual.

Todo esto tiene de bueno, como ya he dicho, el no hacerme daño con falsas esperanzas, con deseos inútiles de mi inútil corazón.
Lo peor, y cada día me lo noto más, es que me estoy volviendo de hielo. Mucho más fría. Con corazón de piedra. Y tal vez, algún día, el haber dejado de expresar através del corazón pueda pasarme factura.
El tiempo dirá. Para qué preocuparse ahora....

Besitos ****