1

A Patricia García-Rojo

16 de abril de 2009


Escritora, si me permites la licencia, te dedicaré el frío que me recorre cada vez que leo tu blog. Te dedicaré las veces que miro el teléfono pensando llamarte, pensando si te molestará. Te dedico mis silencios, mis momentos tranquilos.
Escritora, si me permites la licencia, hoy te dedico Mario Benedetti.

****
A veces, por supuesto, usted sonríe
y no importa lo linda o lo fea,
lo vieja o lo joven,
lo mucho o lo poco que usted realmente sea.
Sonríe cual si fuese una revelación
y su sonrisa anula todas las anteriores
caducan al instante.
Sus rostros como máscaras,
sus ojos duros, frágiles como espejos en óvalo,
su boca de morder,
su mentón de capricho,
sus pómulos fragantes,
sus párpados, su miedo
sonríe y usted nace,
asume el mundo, mira sin mirar
indefensa, desnuda, transparente y, a lo mejor,
si la sonrisa viene de muy de muy adentro
usted puede llorar sencillamente sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía.
Llorar.
Sólo llorar.
Entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.
****

1 comentario

  1. Gracias, Sue, es mi poema preferido de benedetti... gracias por la prudencia también y por emocionarme.

    Yo también te quiero.

    ResponderEliminar