El olor a libro nuevo me encantaba.
Pero más aún me gustaba el olor de las notas
en el cuadro del tercer trimestre.
Matemáticas siempre supensa.
Pantalones locos, y ganas de arrasar el verano.
Ahora no hay fin de curso, es todo un continuo.
Nadie me aprueba o suspende.
Nadie dice a mi madre: Esta niña necesita mejorar.
Cuando estaba en EGB nunca sospeché que echaría
tanto de menos el día de la entrega de notas finales.
Ahora si que se abrió el verano.
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