Unas veces pasos agigantados.
Otras, simplemente parados en lo que parecía algo eterno.
A veces corrían a mil por hora.
Otras, hasta las tortugas les adelantaban.
Quizás se trataba de miedo, de distancia, de camino mal asfaltado, incluso podría ser culpa del número de zapato.
Pasos grandes, o pasitos.
Rápido o lento ...
pero nunca dejaron de marcar con huellas.
Más o menos profundas, pero al fin y al cabo, huellas solo suyas.
Paran cuando se hacen rozaduras,
cuando le duelen los pies ...
¿por qué no usar plantillas?
Porque el dolor pasa tarde o temprano, porque no hay necesitad de someterse a ellas. Porque hay otras salidas, porque es mejor conocer otros mundos aunque no sean tan reales... porque hay mil razones para no usarlas.
ResponderEliminarMejor, cambia de zapatos.