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sus pestañas

16 de diciembre de 2009



Podía rajarnos el alma con sus afiladas pestañas.
Podíamos escuchar su corazón latir cuando nos miraba fijamente.
Sus manos nos acariciaban con dulzura, y cada vez que hablaba hacía al cielo temblar.
Sonríeme preciosa, porque aunque todo vaya mal, yo, estaré aquí para cuidarte.
Y es que, cuando la niña está triste, todo anda mal.

2 comentarios

  1. preciosa en esta foto con la rebeca que deja pelos en tu chaqueta negra!

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  2. Qué increíble es el poder involuntario de una persona tan querida!

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