yo también

Yo también.

Yo también he tenido cáncer.

Yo también he oido la palabra metástasis en una consulta de onco.

Yo también me he sometido a la quimio.

También se me ha caido el pelo.

 También he pasado días enteros vomitando o sin poder levantarme del sofá.

Yo también he aprendido a ponerme un pañuelo.

También he temblado al ver el carrito con las bolsas naranjas de la quimio.

Yo también he tenido miedo por no saber si podría sobrevivir.

Pero yo también he luchado.

 También he luchado, y sobre todo he olvidado la palabra cáncer.

Me he gustado con pañuelo, con la cabecita calva, y con mi maravillosa peluca.

Yo también he descubierto lo fuerte que se puede llegar a ser,

y cual era la vena más fuerte para resistir quimio 3 días.

Yo también me he levantado aunque el cuerpo apenas me respondiese.

Yo también he salido a la calle a pasear y he hablado con naturalidad de lo que me pasaba.

Porque hoy por primera vez he llorado, al ver el reportaje de antena 3 sobre el cáncer,

 sí he llorado al verme genial,

he llorado porque lo superé, porque apenas recuerdo nada de este verano.

He llorado al recordar a todos los que durante ese tiempo se han preocupado de mi.

Después de todo, y en este día tan especial quiero dar las gracias sobre todo

a mi Mamá y a mi Papá (que aunque no está ha estado siempre). 

A mis hermanos, a Nono, a Mati. A mi Enana, a Mai, a la Señora y a Laurita.

Quiero dar las gracias a la magia de Madrid,

y a todo el equipo de Oncología de Jaén.

Tengo mucha suerte de poder estar hoy aquí escribiendo.

 Se que otros muchos con los que compartí habitación hoy no pueden hacer esto porque ya no están.

Pero me quedo con sus vivencias que enriquecieron la mía.

Y no guardo rencor de nada, no me pregunto por qué a mi.

Lo importante es estar bien, sentirse bien, saber que lo conseguirás,

 y aprender de lo que es realmente una experiencia enriquecedora, al menos para mi.

Volver al verdadero sabor de las cosas,

poder oler esas colonias que siempre te han gustado.

 Hablar y andar al mismo tiempo.

 Poder pasear a Promesa sin que las piernas me tiemblen.

NO tener que necesitar a mi madre para poder darme una ducha.

 Volver ser independiente, volver a sentirme bien físicamente.

Y no se cuantas personas podrán leer esto,

 ni cuántas lo harán pensando en alguien que se les fue o que ahora lo está pasando mal.

 Pero a todas quiero decirles que hay que tener fuerzas, que luego se ve de otro color,

 aunque durante todo el proceso de quimio la vida tiene que tener el mismo color de siempre.

Que no quiero parecer una tonta diciendo que mi experiencia fue maravillosa,

pero es que tampoco la recuerdo mal.

 Hubo momentos en los que no hablaba durante días del cansancio,

que cada vez que comía vomitaba,

o días en los que la cabeza me dolia tantisimo que pensé que me iba a explotar.

Pero después de la tormenta siempre llega la calma, y al cabo de unos días podía salir, reir, hablar y comer gusanitos!!! jajajaja

Porque no hay nada más fuerte que las ganas de vivir para poder seguir viviendo.

Gracias!!!

(ahora ya tengo bastate más pelo, jajajaja)